Un profesor de la carrera me comentaba que una de las cualidades que tiene la persona que estudia comunicaciones es el ser divergente, es decir que tiene la capacidad de discrepar.
Y me explicaba que frente a una opinión o idea, el comunicador (se) pregunta: "¿y eso por qué?" y que a partir de eso exploraba y conocía otras alternativas y posibilidades.
Leyendo un poco de la evolución del marketing ubiqué una historia que había olvidado en uno de los últimos cajones de mi memoria y que se relaciona con esa capacidad de divergencia.
La historía es de pies y zapatos y la ubiqué en http://www.cerac.org.ar/noticias/historia-del-marketing-73.htm ...veamos:
Existe una antigua historia sobre una vieja compañía norteamericana de zapatos que mandó a un representante de ventas a una isla del Pacífico para investigar si la empresa podía vender zapatos allí. Después de algunos días, el hombre de ventas envió un mensaje a la compañía diciendo: "La gente aquí, no usa zapatos. No existe mercado".
El gerente, de todas maneras, pensó en verificar esta conclusión y envió a uno de sus mejores vendedores a la isla. A los pocos días, el segundo representante llamó a la empresa y dijo: "La gente aquí no usa zapatos. Existe un mercado enorme".
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